miércoles, 8 de diciembre de 2010

De oca en oca

Parecía que algo me urge a opinar, a volver a escribir. Y es que ya tengo una entrada en el horno, ésta. Además de la regularidad prometida, este fin de semana/puente ha estallado un tema estrella. Parece que algo me obliga a opinar de ello, parece que no pue
do dejar sin opinar el tema del que todo el mundo ha hablado. De los controladores aéreos. Pero se han dicho tantas cosas ya... Me encuentro otra vez con que no
tengo mucho
que aportar. Desde luego, nada nuevo. Sólo puedo subrayar, con bastante estupor por cierto, cómo un grupo ha conseguido ganarse el odio de toda una población. Y ésa es la verdadera razón de porqué lo han hecho todo mal.


Y como ya está todo dicho, he pensado... ¿de qué puedo hablar yo? Miro por la ventana y veo muchas luces. Brillantes. Parpadeantes. No, no me he vuelto loca. Es mucho más sencillo. Se acercan peligrosamente las Navidades. Rojo, dorado y luces. Y muchos regalos. Ése es el resumen. Ah, y me acaban de confirmar que me olvidaba de algo. Cenas. Las cenas de Navidad que aparecen como setas. Cuando empiezas a dejar la niñez atrás, te empiezas a preguntar, ¿pero esta de la Navidad tiene sentido? Para mi la respuesta a esa pregunta varía de año en año. Para mi uno religioso nunca lo ha tenido y está bastante claro que para la sociedad ya tampoco. Y no olvidemos que realmente la Navidad tiene un significado mucho más pagano y más antiguo que el que le dió la religión cristiana. Pero a lo que iba. ¿Tiene sentido seguir celebrándola?

Aparentemente si hay niños en la familia sí. ¿De verdad? ¿Se cree en algo? Aunque no sea más que en pasar un tiempo agradable en familia. Y eso que dicen que acaba siendo la época perfecta para reabrir o inagurar semillas de odio interfamiliar. Seguramente apoyado por ese argumento que es el alcohol. Desinhibe. Sí. Para lo bueno y para lo malo.

¿Y los regalos? Vuelvo a encontrarme perdida ante esta pregunta. Me encanta hacer regalos. Acertar. Ver la cara de felicidad de quien los recibe (cuando aciertas claro). Pero personalmente aborrezco hacer regalos por obligación, porque me bloqueo.

Así que, abro debate.

Para la próxima, una serie de reflexiones sobre algo llamado rol.

2 comentarios:

  1. Si, la verdad es que me siento bastante identificado al menos con lo de los regalos por obligacion. A uno le acaba comiendo la moral tener que pensar que demonios regalar, despues buscarlo, y al final acertar que eso ya es una odisea en si mismo. Sobre la familia...cada año veo a menos familiares por navidades, lo cual visto lo visto no se si es bueno o malo, asi que me tocará limitarme a la autocritica, a ver si los propositos de año nuevo sirven de algo esta vez

    Sobre los controladores, tu misma lo has dicho, no hay mucho más que decir (valga la redundancia), asi que esperemos que al menos la proxima lo organicen un poco mejor, que poco ha faltado para que los propios pasajeros cogiesen los aviones y los pilotasen ellos mismos. O mejor aun, que alguno se encargase de la parte del gobierno que gestiona eso, que dudo mucho que se pueda hacer peor viendo el percal...

    ResponderEliminar
  2. La navidad es un conglomerado, es fe, es consumismo, es excusa para hacer o no hacer, es alegria y es depresion, es gasto de luz... Es tantas cosad que le he perdido la pista.

    Disfruto regalando cosas fuera de fechas, gozo casi obscenamente.

    Respecto a los controladores solo tengo una cosa que decir. "Fueron a por los judios, pero a mi no me importo porque yo no era judio... Etc"

    ResponderEliminar