Querido "amigo" Freud:
Contigo no puedo ser objetiva.
Tengo que reconocer que ya te tenía tirria desde hace tiempo. Y cada vez te aguanto menos. Te he vuelto a estudiar, o al menos algunas de las cosas que dices y me empiezas a hartar un poco. No todo tiene que ver con el sexo, con el erotismo o con desear tirarte a tu padre. Me horrorizas cuando hablas de que absolutamente todo tiene que ver con ello (hablas de que siempre resulta erótico una madre dando el pecho, y que yo sepa tiene que ver más con la subsistencia de la especie, porque las crías tienen que alimentarse; y aunque haberlos haylos quien vea todo eso como algo sexual, pues...). No todos los problemas de fondo tienen que ver con un trauma sexual. Si por ejemplo, alguien tiene fobia a las arañas, o a los gusanos o a lo que sea; dudo sinceramente que sea porque de pequeño soñaba sexualmente con su padre y no lo ha superado. Resulta que contigo, volvemos al jijijiji del caca-culo-pedo-pis, me recuerdas a un adolescente hiperhormonado. ¿No somos mayorcitos como para saber distinguir lo morboso?
Contigo me ocurre que no me creo ni la mitad de lo que leo. Que algunas de las cosas me suenan a paparruchas y que la palabra pseudociencia acude con regularidad a mi mente, vergüenza me da ponerle la etiquete de ciencia a esta entrada. Y no, no es porque sea necrófila y quiera tema contigo. Te reconozco algunos avances y bueno, alguien tenía que ponerles nombre a las cosas. Pero lo que sobre todo te puedo reconocer es que has dado pie a otros hitos posteriores.
Eros y Tánatos, dos fuerzas enfrentadas. Que funcionan genial como ejer argumentales a la hora de construir una historia. Pero porque cuando queremos construir una historia, queremos que le interese a alguien, llamar su atención de alguna manera. Pero ocurre que no creo ni por asomo que sean las dos únicas razones de la existencia y del motor del ser humano. Sí, son motores importantes, pero no los únicos.
Cuando comentaba mi hastío hacia ti me preguntaron, ¿pero cuántos adictos a los opiáceos te caen bien?. No sé si está bien formulada la pregunta. ¿A cuántos adictos a la coca estudio? Aparentemente más de los que pensaba. ¿Y a cuántos adictos a la coca obsesionados con el sexo tengo que estudiar? Creo que ya no tantos, o eso espero. ¿Y a cuántos adictos a la coca que tratan la histeria femenina tengo que estudiar? Ya sé que tú lo sabes, pero eso de que las mujeres se ponen histéricas porque tienen demasiada energía acumulada y que por tanto lo que hay que hacer es masturbarlas pues en fin... Creo que ya lo he dicho un par de veces, pero no me creo ni por asomo que el sexo sea la única causa de estrés y compañía.
Mira Freud, el sexo es bueno. Es una verdad innegable, pero no nos pasamos todo el día pensando en ello. Sabemos que existen más cosas. Y también tengo que decirte otra cosa: señor mío, las mujeres no somos solo objetos. Nos has tratado como si fuéramos meros objetos de placer-displacer (Edipo y sus traumas extrapolados a todos los señores del mundo, y a alguna señora también). No somos floreros. No somos el mal de la humanidad. Somos muchas cosas y más complejas (igual que los caballeros) que un simple trozo de carne sufriente por y para el sexo.
Espero que no te moleste. Atentamente,
Ainize
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