Empieza el nuevo cuatrimestre y se presenta verdaderamente interesante.
Hay una clase de, entre otras cosas, antropología. Y resulta que esa antropología versará sobre la violencia de género. No será la primera vez que le doy vueltas al tema. ¿Pero qué relación exacta tienen los profesionales de la salud con ello?
Es un tema que siempre me ha interesado. A mi alrededor se han dado pequeños o grandes casos sobre esto. Y me parece que a día de hoy, aparte de cifras, desconocemos mucho sobre el tema. ¿Qué lleva a una mujer a soportarlo? ¿Cómo es que muchas no son capaces de rebelarse? ¿Pueden las mujeres con estudios altos sufrirlo? ¿O son exclusivos de mujeres con un perfil marginal? Creo que hay muchos mitos y que es un problema del que solo asoma la punta del iceberg. Como mujer, creo que estamos más expuestas a muchos tipos de agresiones (sexuales, de género o lo que sea) de lo que creemos.
Por lo que nos han comentado, es el segundo año que el tema se incluye como parte del programa de educación de enfermería, porque se han dado cuenta de que hay un agujero bastante grande al respecto. No se sabe cómo reaccionar. Creo que se puede sacar mucho de todo esto, y es ciertamente interesante.
Por otra parte, otro pequeño apunte resaltable. Tengo como profesores médicos, bioquímicos... y casi todos ellos hacen continua referencia a que como profesionales tenemos que trabajar y ¿explotar? la empatía. Es curioso, porque por muy importante que sea, hay algo que falta en todos esos discursos: ninguno de los profesores ha hablado en profundidad de uno de los mayores peligros que entraña todo esto. Y es que alguien dedicado a esto, tiene que ser capaz de tomar distancia de los casos. No puedes llevártelo a casa y dejarte arrastrarte por ello, porque te va a hundir emocionalmente.
¡Como siempre, tus entradas son interesantísimas! Y dan que pensar. :D
ResponderEliminarInteresante y complicado tema!Parece mentira que todavía hoy exista este problema y tantos vacíos sobre el.....
ResponderEliminar¡Gracias!¡ Es que a mi también me dan qué pensar!
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