Sigo de exámanes y sigo inestable, pero estaba dándole vueltas a algo. Pensando, pensando y dando vueltas.
Cuando estamos mal anímicamente hay poco que nos reconforta. Por mucho que negemos creer en las películas americanas y su alto valor calórico acudimos a ello. Y tiene su razón orgánica y bioquímica de ser. Pero no es el helado, no es el chocolate, no es el dulce. No es la glucosa, a fin de cuentas. Ayuda, pero lo que realmente buscamos es presencia humana. Otro(s) ser(es) humano(s). Sus consejos, su presencia, y sobre todo su contacto físico.
Tiene muchas variantes, desde que te sujeten la mano a que te anden en el pelo o en la espalda. Aunque el formato de igual, se puede decir que el más universal es el abrazo. ¿Tiene el abrazo propiedades curativas?
Quizá de un tema tan ordinario (que en cambio se vuelve crucial en algunos momentos) pueda sacarse algo más. Porque evidentemente las mágicas propiedades que algunos sostienen que tiene el contacto humano son algo a tener en cuenta en un ámbito sanitario. Aunque puede ser también lugar de buenas noticias, normalmente una consulta (o peor, un quirófano o... ) suele ser agorero, como pájaro de mal agüero. Normal, es ahí donde muchas veces podemos enterarnos de que tenemos tal o cual mal.
Claro que un mundo idílico y utópico ese contacto humano está contemplado, pero hoy existe también una máxima paralela: el tiempo es dinero. Y dedicar tiempo a cuidar el contacto humano con un paciente cuesta dinero. Por mucho que digan que un abrazo es gratis, no es cierto. Segurísimo que hay estudios que demuestran o lo intentan que un paciente ante contacto humano se cura antes o responde mejor a la medicación o lo que sea, pero no me apetece buscarlos.
A título personal, tengo cierta alergia al contacto físico desmesurado, al gratuito y al que abusa del espacio personal de cada uno. Y de aquellos que provienen de alguien con quien no tengo excesiva confianza. Incluso debo admitir, que muchas veces, aunque lo necesite, voy a ser incapaz de pedirlo. Pero después, para contradecirme, uso este espacio para reivindicar las cualidades terapeúticas que pueden tener los abrazos y los achuchones. Son, incluso vehículo de expresión en muchas ocasiones. Y un tema a analizar más a fondo en el mundo sanitario.
Abrazo de oso
Te conozco y en este caso si que puedo corroborar tu alergia a los abrazos, ya que aun a dia de hoy pocos he sido capaz de darte, al menos sin que me pegues xD
ResponderEliminarComo tu bien dices no se si los abrazos tienen propiedades curativas probadas, pero al fin y al cabo me da y me seguirá dando igual ya que un abrazo de alguien que tienes aprecio siempre viene bien ya sea porque te hace sentir mejor en un mal momento, o porque simplemente una muestra de cariño (al menos para mi) se agradece en cualquier ocasión. Bueno, en cualquiera salvo si estás realmente enfadado que segun de quien venga dan ganas de devolverle otra cosa...
Sea como fuere eso, nos conocemos y se que te cuesta pedirlo, pero si necesitas un abrazo te recuerdo que fui tu psicologo un tiempo, y poco me costaría volver a limpiar el diván si necesitas otra sesión (que las gafas las llevo ya de serie)
Efectivamente, un abrazo es una muestra de aprecio entre otras muchas cosas. Como puede funcionar como creo que he escrito, como vehículo de expresión, como indicador de que todo va bien... Pero digamos que por defecto nuevo de profesión nueva, me interesa especialmente su posible aplicación al ámbito sanitario.
EliminarY respecto a mi... pues bueno, efectivamente me cuesta pedirlos y mantengo parte de mi alergia (bueno, matizo, la mantengo cuando se trata de alguien con quien no tengo confianza), y me temo que así seguirá. Pero tranquilo, que estoy trabajando mi propio diván. ;)